En PitchCar nos ponemos al volante de un bólido de carreras. Eso sí, el combustible es tu dedo índice y no hace falta ni tener el carnet de conducir ¿Serás capaz de tomar las curvas a velocidad de vértigo sin salirte del circuito?
Ficha
- Jugadores: 2 – 8 (cuantos más, mejor)
- Edad: 6+
- Duración: 20 – 30 minutos
- Autor: Jean du Poël
- Editorial: Ferti
- Precio: Unos 45€
Empezamos
Sí, amigo, si estás aquí es porque estás pensando en gastarte 50 gañapos en jugar a las chapas. Pero tranquilo, van a ser los 50€ mejor invertidos desde que te metiste en el mundillo de los juegos de mesa. Vamos allá.

Lo primero es engañar a tu pareja/padres/compañeros de piso para comprar una mesa grandota. No hace falta que sea descomunal, pero al menos tiene que caber una partida desplegada de Agricola a tres (para que te hagas una idea). De todas formas, si tu mesa no es gigante siempre puedes montar el circuito con menos piezas o comprarte la versión mini del juego, que además es más barata.

¿Qué trae el juego? Pues básicamente madera, madera de la buena:
- Diez curvas de 90º
- Seis rectas
- Ocho fichas (o coches) con sus respectivas pegatinas
- Guardarrailes flexibles de plástico

Se monta el circuito (puedes inventártelo o hacer uno de los que vienen en el folleto de la caja) y a correr.
¿Cómo se juega a PitchCar?
Colocas una de ficha de coche detrás de la línea de salida por cada jugador. Por turnos, golpeas tu ficha por el circuito con el dedo índice (o con cualquier otro) haciendo lo que se conoce como ‘flicking’. El que llegue a la meta el primero después de tres vueltas gana. Ale, ya sabes jugar a PitchCar.

El juego tiene únicamente SEIS reglas que puedes modificar al gusto
- Si tras un lanzamiento tu ficha acaba dada la vuelta, se considera que has volcado y vuelves a colocar tu ficha en el punto desde el que habías lanzado. NO vuelves a repetir el tiro.
- Si golpeas a la ficha de otro jugador y la sacas del circuito, ambos volvéis a la posición previa al lanzamiento y se pasa tu turno.
- Si te sales del circuito, vuelves a la posición anterior y se pasa tu turno.
- Si golpeas otra ficha y ambas continúan dentro de los límites del circuito (sin tocar la mesa) el tiro es válido.
- No puedes saltarte más de un tramo de circuito al lanzar o el tiro, aunque haya terminado dentro del circuito y en posición correcta, se considerará inválido.
- Si la ficha está muy pegada a un guardarraíl (y SOLO a un guardarraíl) el jugador tiene la posibilidad de separar el bólido una distancia de una ficha de forma perpendicular a la vaya para poder lanzar con más comodidad.

Como comentaba antes, estas normas son perfectamente modificables. Puedes decidir jugar sin restricciones como el vuelco o la expulsión de jugadores de la pista.
Opinión
PitchCar es un juegaco. Bonito, divertido, apto para todo el mundo… Además es el típico juego-imán, lo montas en la mesa y se amontona una turba de curiosos queriendo jugar.

Se suele repetir el mismo proceso cuando lo enseñas por primera vez a un jugador adulto. El modelo conocido como las 5 etapas del DUELO PITCHCAR:
- Negación: No me puedo creer que vayamos a jugar a esto, ¡pero si es un juego de chapas de toda la vida!
- Ira: Es un juego para niños, ¡vaya mierda! Y encima hay que estar de pie. ¿Por qué no te sacas un Brass?
- Aceptación: Vale, no está mal. Terminamos esta carrerita y después decidimos tranquilamente el siguiente juego.
- Jolgorio: Pero por el amor de dios, ¿has visto como se ha subido ese coche por el guardarraíl? MAGIC ALONSOOOOOOOO. Repito, no tienes lo que hay que tener para adelantarme, ¡mamón!
- Compra: ¿Y cuánto dices que te han ‘soplao’ por el PitchCar? Me lo pillo con la expansión del salto, vas a ver qué risas.
Hay muy poquitos juegos más épicos y con más momentos memorables que PitchCar. De hecho no es demasiado recomendable para jugar con tus amigos a las cinco de la mañana, porque algún VAMOOOOOOOS se te va a escapar casi seguro.
Adelantamientos, saltos, giros imposibles, rectas demoniacas… La sensación de darle un zurriagazo a la ficha y ver como se desliza por los guardarraíles mientras avanza por el circuito es realmente agradable. Casi mágica.

Es bastante tenso. Aunque un jugador vaya muy adelantado y otro muy atrasado es fácil que el primero se atasque y el de detrás le alcance. Evidentemente hay jugadores más mancos que otros, pero hasta el más malo se lo va a pasar bien. A todo el mundo le gustan las carreras.
Después de una partida siempre vas a querer otra. No vas a dejar que el tontaina de Emilio (el diseñador de la cabecera molona del blog) te gane en la última curva con un tiro de suerte. Tú quieres tu venganza, y él demostrarte que no hay quien le gane.
Una cosa genial es que el juego empieza a ser divertido incluso antes de comenzar la carrera. El ritual de montar el circuito es muy guay, con sus curvitas y sus rectas.

En la colocación estratégica de las barreras está la chicha del juego. Esa curva que se queda sin, esa recta que se queda con… Además puedes jugar con ellas. Por ejemplo puedes poner puentes que quedan molones, o ponerlas en formato vertical (con solo un punto de contacto en la curva) para obligar a los pilotos a afinar su puntería si quieren rebotar y no salirse.
Desde luego no es un juego sesudo y probablemente habrá momentos en los que te apetezca una cosa más ‘seria’, pero todavía no conozco a la persona que no lo haya disfrutado. Además es 100% recomendable para jugar con tu familia. Al fin y al cabo tus padres, tíos y abuelos se han criado jugando a las chapas, saben lo que se hacen.
Aspectos positivos:
- El escalofrío de ver cómo tu coche se desliza por las barreras es indescriptible. Además, si te haces medio circuito de una tirada te vas a estar flipando el resto de la noche.
- Apretado hasta el final. Muchas partidas se deciden en el tiro final.
- Buenas risotas cuando el chulito del grupo se queda atascado en el mismo punto durante varios turnos.
- Lo disfrutas aunque seas un Minardi. Aquí hasta el más malo puede ganar.
- Apto para todas las edades. De 5 a 99 años, comos los juegos de Mattel.
- Los materiales son espectaculares. Madera robusta y de calidad. El rozamiento del material del circuito tiende a 0 y las fichas VUELAN. Un juego para regalárselo a tus nietos (cuando te vayas a morir).
- Tiene muchas expansiones. No las he probado, pero tienen una pinta brutal. Saltos, cruces, curvas cerradas… En Youtube hay un tipo que se ha hecho hasta un looping casero (para la versión mini, eso sí).
- La caja es más pequeña de lo que pudiera parecer al verlo montado en una mesa, pero pesa un quintal.

Aspectos negativos:
- Es caro. Es cierto que la calidad es buenísima, pero soltar 50€ por un juego de chapas puede doler.
- Se juega de pie, así que si estás muy cansado te va a apetecer más jugar un Black Stories. PitchCar no es el mejor amigo de las varices
- Obviamente es un juego muy muy ligero. Si solo te gustan los juegos de pensar y darle a la mollera huye de PitchCar como de Slenderman.
- Alguno de mis #blandenguecolegas me ha comentado que les duele el dedo después de jugar. Una buena temporada en Vietnam es lo que les hace falta.
- Después de unas pocas partidas te van a entrar una ganas increíbles de comprar expansiones. Cuidado, que la broma se te puede ir por encima de los 100€ a poco que te descuides.

Puntuación
Ya no puedo esperar más. Sí, lo sé, no hago más que reseñar juegos que me gustan, pero prometo traeros un buen mierdón un día de estos. ¡No todo el monte es orégano!

El caso, este PitchCar se merece ni más ni menos que…
¡OCHO CHISTORRAS!
Un rollito chapas muy simpático, muy buena la observación del imán de curiosos, a más espectacular más se acercan a preguntar ^_^
Totalmente. El efecto WOW es importante para evangelizar 🙂 Gracias por comentar!
Te pones a leer la review y no quieres que acabe! ¡Muy buen gurú de los juegos!
Qué crack eres! Un día nos tenemos que echar una partidita. Ya que no soy un gurú del WordPress como otro que yo me sé al menos poder darte una paliza al PitchCar… xD