Aviso, escribo este entrada bajo los peligrosos efectos de la ilusión. Voy a publicarla habiendo jugado solo dos partidas a Los viajes de Marco Polo, pero me encuentro en un estado de excitación que hasta me preocupa. De hecho, esta sensación de auténtica drogodependencia lúdica solo la había sentido anteriormente con Agricola, y eso son palabras mayores.

Esta va a ser la primera entrada de una nueva sección en el blog que se llama ¡Cómpratelo ya!, dónde únicamente voy a dar mi opinión (sin reglas, solo sensaciones) sobre juegacos. Y Los viajes de Marco Polo lo es.
Lo confieso, no me importa. No hace falta que sigas leyendo la entrada. Vete a la tienda más cercana y cómpratelo ahora mismo.
Los viajes de Marco Polo. Diez razones para jugarlo sin parar
1. Un juego redondo
Mientras lees las reglas te vas dando cuenta de lo bien que están encajadas sus mecánicas. El juego fluye de forma muy agradable y todo parece estar en su sitio. Es un juego con flow (como dicen los yankis), y para cuando quieres sacarle el primer defecto la partida ya se ha terminado y te has quedado con cara de pánfilo porque te lo has pasado como un enano.

2. Sencillo y asequible
Aprender a jugar a Los viajes de Marco Polo es muy fácil. De hecho, es perfecto para atraer a nuevos jugadores al lado oscuro, especialmente si ya han probado otros juegos más sencillos (fillers y partys). Tiene exactamente lo que le pido a un buen eurogame: duración ajustada y reglas asequibles, pero con mucha estrategia.
3. Tiene dados
Me encanta tirar dados. Soy eurogamer, pero he de reconocer que es algo que envidio de los juegos plastiqueros. En Los viajes de Marco Polo solo lo haces cinco veces en toda la partida y no es algo que tenga una influencia decisiva en el juego, pero al verlos rodar por la mesa me siento como un cerdo en un charco de barro.

4. La colocación de trabajadores mola
Probablemente se trata de mi mecánica favorita. Si esto lo combinas con que no colocas fichas (ni meeples), si no dados (o ‘trabajadados’, que suena mejor), el combo solo podía hacerme llorar de la emosión. Además, lo de tener que colocar varios dados en alguna de las acciones y que solo te cuente el de valor más bajo me gusta muchísimo.
5. Rejugabilidad muy alta
El tablero de juego se competa con un buen número de cartas y otro tanto de losetas que se colocan al azar. Además no se utilizan todas en una misma partida, por lo que no tiene pinta de haber dos partidas iguales. También se reparten al azar los personajes, por lo que la rejugabilidad de Los viajes de Marco Polo tiende a infinito.
6. Diseño
Las ilustraciones y el diseño gráfico del juego me encantan. Se ha comentado muchas veces que en la portada Marco Polo sale bizco, y es la pura verdad. Pero oye, ¿acaso podrías afirmar que es una inexactitud histórica y que marco Polo no era ‘bizcoché’ en la realidad? El tablero es espectacular (uno de los más bonitos que he tenido delante) y además es muy funcional, de los que te ayudan en el desarrollo de la partida.

7. Materiales
Madera rica rica, troqueles de cartón de bastante calidad, cartas con un gofrado chulísimo… Este es otro punto a favor. No soy muy fan de los tableros de tres alas, pero básicamente es porque soy muy torpe y tiendo a cargármelos con una facilidad pasmosa. La caja es estándar, así que quedará de perlas en tu estantería. Además viene una cuna muy útil y con ilustraciones.

8. Los camellos son chachis
No pretendo que esta entrada se convierta en una alabanza a los estupefacientes, así que no pienses mal. Los meeples-camello a mi me tienen enamorado. Si ya de por sí los camellos me resultan simpáticos, verlos trasladados al tablero de juego no hizo más que convencerme de comprar el juego. Además tienen mucha importancia en Los viajes de Marco Polo y se van a convertir en unos buenos compañeros de fatigas durante las partidas.

9. Personajes en un eurogame
Rara avis. Habrá jugadores más puretas a los que le chirríen los personajes, sobre todo porque condicionan en gran medida la manera en la que tienes que enfocar tu estrategia, pero a mi me gustan mucho. Como ya he comentado, le dan rejugabilidad al juego y ayudan a allanar el terreno a los jugadores que, como yo, tenemos todavía el ‘culo blando’. Pero tranquilos, seguiré perdiendo de forma miserable como es costumbre.

10. Dan muchas ganas de sacarlo a la mesa
Para mi el aspecto más importante. Se juega rápido y da muy poca pereza sacarlo de la estantería. Además es muy divertido, qué carajo. Si te gusta (estoy convencido de que así será) vas a darle muchas partidas, y en los tiempos que corren en cuanto al consumo compulsivo de novedades dentro del mundillo no es poca cosa.

Genial reseña, lo tendré en la mira
Recomendadísimo, ha entrado en mi Top 3 de cabeza.
Gracias por pasarte, crack 😀
Totalmente de acuerdo!
llevo solo dos partidas, pero podría hacer la misma reseña. Me mola mucho y es muy agradable de jugar. Mi hijo que renegaba de primeras al ver el estilo y diseño, tuvo que reconocer que le encantó.
Muy recomendable